Este proyecto desarrolla una cubierta para la Plaza de la Concordia, la cual es patrimonio histórico, cultural y arquitectónico de la ciudad de Bogotá. Por lo cual, no se podían realizar modificaciones en los muros perimetrales del lugar.  De esta manera, la cubierta se eleva sobre los muros generando una espacialidad mayor al interior de la plaza integrando las preexistencias, adaptándose a las diferentes alturas de estos muros. Por otro lado, con su forma se buscó no sólo permitir que no hubiese apoyos en cada uno de los módulos en los que se encuentra dividida la cubierta, sino que, se evoca la curvatura de los cerros orientales que se proyectan detrás del proyecto. Así como con los apoyos arboriformes, no sólo se cumple la función estructural de redirigir los esfuerzos de forma vertical hacia el suelo, sino que se evoca la naturaleza del entorno.