El Centro Urbano Antonio Nariño es quizás uno de los referentes más emblemáticos del movimiento moderno en la ciudad de Bogotá. Terminada su construcción hace más de 60 años, la gran mayoría del planteamiento original del proyecto se conserva en buenas condiciones. El proyecto sirvió como detonante para que 60 años después el sector se desarrollara como una de las zonas más concurridas e importantes de Bogotá.

Nuestra propuesta parte de respetar el legado y la importancia del edificio y buscar mediante un cambio en su fachada potencializar muchas de las dinámicas de la actualidad. Teniendo siempre como principio irrenunciable el respeto por la estructura original del edificio, se buscó adaptar los apartamentos a otro tipo de población, con diferentes prácticas y cotidianidades siempre buscando que la fachada se vuelva un complemento a los espacios proyectados internamente. Entendiendo la fachada como una prolongación de los espacios internos nuestra propuesta logra ser más que un elemento estético, sino más bien un espacio en donde los residentes pueden habitarla y hacer uso de ella.